SOBRE LAS PALABRAS DE HOY... Y LAS DE AYER
Hay que dar a las palabras su valor e importancia
en todo momento. Darles un concepto de realidad a unas y considerar a otras,
también nuestras, elementos ya inertes es el peor error.
Lo que se escribe sale siempre del corazón y es
además testimonio de lo que somos, como crecemos, sentimos y qué pensamos. Por
eso es bueno echar la vista atrás y dar ese vistazo obligado a lo escrito hace
unas semanas o unos meses.
A veces, muchas, ayuda a rectificar, a repensarse
cosas, a hacer el ejercicio necesario que quizás nos hará llegar a la
conclusión que hemos cambiado pero a peor. Si no entendemos las de antes y
apoyamos las de ahora, algo nos falla. Si no entendemos las de ahora y apoyamos
las de antes, es una buena señal que algo ha cambiado.
Cuando se dice “te quiero” tiene más valor que
cuando se piensa “no te quiero”. Cuando se dice “eres único” vale mucho más que
al decir “no te necesito”. Porqué los instintos iníciales no cambian, lo hacen
las personas.
Las palabras no son tan solo eso. Si nos importan las que
decimos y nos dicen, nos deben importar todas pero hay que saber las que debemos descartar. Os lo dice alguien que vive de las palabras, las entiende, las mima y cree en ellas.
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